miércoles, 2 de junio de 2010

-Seminario Centros Penitenciarios-






El último seminario que tuvo lugar el 5 de mayo, fue bastante interesante. En primer lugar porque el tema que se trato, “los trabajadores sociales y educadores sociales dentro del centro penitenciario”, es un ámbito que poco hemos tratado durante el trascurso de la carrera, y en segundo lugar, porque la información que recibimos provenía de una antigua alumna de la carrera. Ella eligió este tema como centro de investigación para un trabajo de una de las asignaturas de la carrera, y tuvo la amabilidad de trasladarnos sus experiencias y datos recogidos durante dicha investigación.

Antes de comenzar a señalar los datos más interesantes de la exposición, me gustaría hacer referencia a que el centro donde ella centro su estudio fue, el ahora más popular, centro penitenciario de Alahurín de la Torre (Málaga). En este centro podemos encontrar tanto trabajadores sociales como educadores sociales, pero hay claras diferencias entre ellos, empezando por el acceso al trabajo en este ámbito, que fue una de los temas fuertes que se pusieron en debate. Los trabajadores sociales cuentan con unas oposiciones específicas para obtener una plaza en la cárcel. Mientras tanto los educadores sociales acceden mediante las oposiciones de funcionarios de cárcel generales para todas las profesiones, es decir hacen estas oposiciones con las cuales podrán trabajar en cualquier sector del centro. Tras el examen y la obtención de la plaza la persona podrá especializarse para el puesto de educador social a través de jornadas formativas. Esto explica como en el puesto del Educador podemos encontrar personas que han cursado dicha diplomatura o cualquier otra como por ejemplo Arquitectura. Cuando la compañera comento este dato, la clase casi se le echa encima, y más aun teniendo en cuenta que la mayoría eran alumnos de Educación Social. Tras el debate que se abrió, yo he podido sacar una serie de conclusiones sobre este tema.

¿¿Intrusismo Profesional??


- El hecho de que no existan unas oposiciones específicas para este puesto de trabajo, puede tener su explicación en la poca historia profesional que tiene la educación social, ya que es una titulación aún joven.


- La profesión tiene poco prestigio dentro de las cárceles, y es que yo lo veo normal cuando la mayoría de los que ejercen no son titulados en educación social.

- Esta es una situación que irá cambiando, y espero que a mejor, cuando la titulación tenga más reconocimiento. Para que esto se produzca veo imprescindible la implicación tanto de los estudiantes como la de los profesionales ya titulados. Debemos luchar por una mejora, entre otras cosas, del acceso a nuestros puestos de trabajos, dejando de existir contratos de educadores para otras titulaciones o contratos de monitores para los educadores sociales.

- Para que esto suceda es imprescindible la participación de todo aquel que este relacionado con la educación social, para poder definir la profesión.

Dejando atrás el debate que se creó en torno a la profesión de Educador Social, también he de destacar la diferenciación que se hizo entre las funciones del éste y del Trabajador Social. Ambos realizan entrevistas con los internos, trabajos burocráticos y orientación. Pero en el caso de Educador Social la relación con el interno es más directa, realizando observaciones y dinamizando el grupo. Otra diferencia es que el educador es el encargado de la clasificación de los internos cuando se produce el ingreso.

Por último, el trabajo de estos profesionales se ve obstaculizado por una serie de problemas, de los cuales yo voy a destacar tres. El primero es el número de internos con los que trabajan, que normalmente supera la capacidad del profesional, es decir el ratio no es el adecuado para garantizar una intervención efectiva. El segundo problemas es la poca estabilidad del grupo, ya que éste varía en un intervalo corto de tiempo, debido al traslado de los internos a otras cárceles o a su salida de la misma. En tercer lugar, y para mi más importante es el fracaso en la inserción de los reclusos, debido a que no se trabaja lo suficiente con la familia y el contexto más cercano de la persona. Esto hace que el interno, cuando vuelve a su otra realidad no se encuentre con las capacidades y habilidades necesarias para su reinserción y además la familia no está preparada para la nueva situación que tienen que vivir.

1 comentario:

  1. Me alegro de que este seminario fuese fuente de debate. Ese es uno de los objetivos de los seminarios.

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